Cocina filipina: El amigo "mestizo" que tienes que descubrir

Cuando se habla de gastronomía del sudeste asiático, probablemente te vengan a la mente inmediatamente el Tom Yum Goong de Tailandia o el Pho de Vietnam. Pero si preguntas por la cocina filipina, mucha gente podría quedarse sin palabras al instante, e incluso sentir que tiene un toque de misterio, como de "cocina oscura".

Pero déjame decirte que esta es probablemente tu mayor malentendido sobre la gastronomía.

En realidad, la cocina filipina es más bien un "viejo amigo" mestizo que lamentarás no haber conocido antes. Lleva consigo la pasión y el brío españoles, la sabiduría práctica de la cocina china y el aire soleado de las islas del sudeste asiático. Puede parecer novedosa a primera vista, pero en cuanto la pruebas, descubrirás que vuestras "almas" son increíblemente compatibles.

¿Por qué decimos que es tu "viejo amigo"?

Este amigo, al igual que tú, es un auténtico "arrocero". En Filipinas, el arroz es el protagonista absoluto; cualquier plato, desde la comida nacional hasta los tentempiés callejeros, necesita ir acompañado de arroz para considerarse completo. ¿No te resulta familiar esta devoción por el arroz?

En segundo lugar, su hospitalidad tampoco te resultará ajena: compartir. Los filipinos adoran el "Sama-sama", que consiste en colocar todos los platos en el centro de la mesa para que una familia o un grupo de amigos los compartan animadamente. Esta alegría de "comer juntos" no se centra en lo que se come, sino en "con quién se come". ¿No es esta la esencia del "reencuentro" o la "unión familiar" en nuestra propia cultura?

Lo más importante es que su "especialidad de la casa" te hará saborear el gusto de tu hogar.

Para conocer a este amigo, debes empezar por un plato llamado Adobo. Este plato es considerado el "guiso nacional de carne" de Filipinas; se estofa lentamente cerdo o pollo con salsa de soja, vinagre, ajo y pimienta. Cuando ese caldo espeso, salado, aromático y agridulce se vierte sobre el arroz, cierras los ojos y podrías teletransportarte instantáneamente a tu propia cocina. ¿No es esta la perfecta sinfonía de salsa de soja y vinagre que tan bien conocemos?

También está el Pancit (fideos fritos al estilo filipino), que en Filipinas tiene la misma importancia que nuestros "fideos de la longevidad", siendo un imprescindible en cumpleaños y celebraciones. Estos fideos fritos, abundantes en ingredientes y con ese 'wok hei' (sabor a wok) tan característico, cada bocado es tan familiar y satisfactorio.

¿Qué "nuevas sorpresas" te depara?

Claro, el viejo amigo también te traerá sorpresas completamente nuevas que te abrirán los ojos.

Cuando el clima es cálido, te ofrecerá un tazón de Sinigang (sopa agria filipina). Esta sopa se elabora con tamarindo para obtener un sabor ácido natural, fresco y apetitoso, que disipa el calor al instante. No es tan picante como el Tom Yum Goong, sino una acidez más directa y refrescante, muy singular.

En fiestas y celebraciones, presentará con gran pompa el Lechon (cochinillo asado). El cerdo entero se asa hasta que la piel está dorada y crujiente, y al cortarlo se puede oír un claro "¡crac!", mientras que la carne interior es tierna y jugosa. Este contraste de texturas extremo es una tentación definitiva irresistible para cualquier amante de la buena mesa.

Si quieres experimentar un sabor más auténtico, no dejes de probar el Sisig (picadillo de cerdo a la plancha). La carne picada de la cabeza de cerdo chisporrotea en una plancha caliente, a la que se añade cebolla, chile y un huevo crudo, y al exprimirle unas gotas de zumo de limón, un aroma embriagador inunda el aire. Sin duda, es el mejor compañero para la cerveza y el consuelo más reconfortante en la noche.

¿Cómo "dialogar" mejor con este nuevo amigo?

Para entender verdaderamente a este nuevo amigo, la mejor manera es "dialogar" con él: probarlo en persona y entablar una conversación.

Pero a veces, el idioma puede ser una pequeña barrera. Puede que quieras pedirle al establecimiento que te recomiende el plato más auténtico, o decirle "con un poco menos de picante", o quizás, después de probar ese sorprendente Adobo, quieras elogiar sinceramente diciendo "¡Está delicioso!".

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Así que, la próxima vez, no lo dudes más. Ve y conoce a la cocina filipina, este viejo amigo apasionado, familiar y lleno de sorpresas. Descubrirás que los mejores sabores a menudo se esconden en tu próxima valiente aventura culinaria.